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Hipoteca segunda vivienda: guía completa para financiar tu segunda residencia

Tener una segunda vivienda – ya sea una casa de vacaciones en la playa, un apartamento en la montaña o un inmueble para alquilar – es un sueño para muchos. Sin embargo, financiar una segunda residencia no funciona exactamente igual que la hipoteca de tu vivienda habitual. Los bancos consideran que una vivienda vacacional o segunda casa conlleva más riesgo, por lo que las condiciones y requisitos son más estrictos. En esta guía clara y profesional te explicamos todas las claves para conseguir una hipoteca para segunda vivienda, incluyendo porcentajes de financiación, requisitos, impuestos y respuestas a las preguntas más frecuentes. ¡Aprende cómo hacer realidad la casa de tus sueños de forma segura y bien informada!

¿Qué se considera una segunda vivienda?

Una segunda vivienda es cualquier propiedad que compras además de tu residencia principal y que no será tu domicilio habitual. En otras palabras, es un inmueble de uso ocasional, recreo o inversión. Por ejemplo, puede ser una vivienda vacacional (un piso en la playa para el verano, una casa rural para fines de semana) o una casa comprada con intención de alquilarla o incluso revenderla más adelante buscando obtener una plusvalía.

Ten en cuenta que, a efectos del banco, se considerará segunda residencia todo inmueble donde no vivas empadronado de forma permanente. Esto incluye la típica casa de vacaciones, la vivienda en tu pueblo natal para visitas ocasionales, o ese piso que compras como inversión para rentar. Incluso si eres extranjero y compras una casa en España para uso vacacional, para el banco será una segunda vivienda (en ese caso, consulta nuestra guía de hipoteca para no residentes para conocer las particularidades adicionales).

Diferencias entre hipoteca de primera y segunda vivienda

Financiar una segunda residencia no es igual que financiar la vivienda habitual. Estas son las principales diferencias y características de las hipotecas para segunda vivienda:

  • Porcentaje de financiación más bajo: Por lo general, el banco te prestará menos dinero sobre el valor de la propiedad. Mientras que en una primera vivienda suelen financiar hasta el 80% del precio o tasación, en una hipoteca de segunda residencia la financiación típica baja al 60% del valor, pudiendo llegar como máximo al 70% en perfiles muy solventes. Esto significa que necesitarás más ahorro previo para cubrir la entrada restante (el 30-40% del precio) y además afrontar los gastos de compraventa (impuestos, notaría, etc.).
  • Plazo de devolución más corto: Las hipotecas de vivienda habitual suelen concederse a plazos largos, incluso 30 años. Sin embargo, en segundas viviendas el plazo máximo suele ser menor, normalmente 20 a 25 años. Al tener menos años para pagar, las cuotas mensuales serán más altas, ya que debes amortizar el préstamo en menos tiempo.
  • Tipo de interés más alto: Es frecuente que los bancos apliquen un interés mayor en préstamos para vivienda no habitual. Consideran que, ante dificultades económicas, priorizarás pagar la casa donde vives antes que la de vacaciones, por lo que la segunda hipoteca implica más riesgo de impago. Algunas entidades incluso tienen productos específicos: hipotecas más baratas para primera vivienda y más caras para segundas residencias o inmuebles de inversión. En la práctica, esto se traduce en tipos de interés ligeramente superiores en tu segunda hipoteca, encareciendo un poco las cuotas.
  • Exigencias y solvencia del solicitante: Dada la mayor exigencia de estas hipotecas, el banco analizará con lupa tu perfil financiero. De entrada, asumir dos préstamos a la vez supone que una parte importante de tus ingresos ya está comprometida con la primera hipoteca. Por eso, la entidad será más estricta con los requisitos de solvencia: te pedirá ingresos altos, estabilidad laboral y ahorros significativos (más adelante detallamos estos requisitos). En resumen, para la segunda hipoteca deberás demostrar una capacidad financiera superior a la que se exige para la primera vivienda.

Requisitos para conseguir una hipoteca de segunda residencia

Además de los requisitos habituales para cualquier préstamo hipotecario, en el caso de una segunda vivienda los bancos añaden condiciones más estrictas. Estos son los principales requisitos que deberás cumplir para que te aprueben la hipoteca de tu segunda casa:

  • Ingresos altos y estables: Necesitarás una situación económica holgada. Al tener cuotas más elevadas (por mayor interés y menor plazo), el banco querrá asegurarse de que tus ingresos pueden asumir el pago de dos hipotecas sin superar el 30-35% de tus ingresos mensuales netos combinados. Por ejemplo, si ya destinas 600 € al mes a la hipoteca de tu vivienda habitual y ganas 2.500 € netos, probablemente tu segunda cuota no debería exceder unos 250-300 € adicionales. En resumen, deberás tener suficientes ingresos mensuales para afrontar ambas cuotas dentro del porcentaje recomendado (idealmente < 30% de tus ingresos, nunca más del 40% sumando todo). Asimismo, contar con un empleo estable (contrato indefinido, varios años de antigüedad) o ingresos fijos como funcionario aumentará la confianza del banco en tu capacidad de pago. Si eres autónomo, necesitarás demostrar ingresos medios altos constantes y una trayectoria sólida (consulta nuestros consejos para hipotecas para autónomos en ese caso).
  • Ahorros para la entrada y gastos: Como hemos mencionado, la entidad solo financiará alrededor del 60-70% del valor, así que debes tener ahorrado el 30-40% restante del precio de la vivienda. Además, al comprar un segundo inmueble tendrás que asumir una serie de gastos e impuestos (ITP o IVA, AJD, notaría, registro, tasación) que suelen sumar alrededor de un 10-15% adicional del precio de compra. En total, los expertos recomiendan contar con aproximadamente el 45-50% del valor de la propiedad en ahorros antes de comprar la segunda vivienda. Por ejemplo, para una casa de 200.000 €, deberías tener ahorrados unos 100.000 € (unos 60.000 € para la entrada no financiada y unos 20.000-30.000 € para impuestos y gastos). Sin esta base de ahorro, será difícil que el banco apruebe la operación.
  • Buen historial crediticio y bajos endeudamientos: El banco comprobará tu nivel de endeudamiento global. Si ya tienes otros préstamos personales, de coche, tarjetas de crédito con saldo pendiente, etc., podrían ver tu carga financiera demasiado elevada. Lo ideal es no tener otras deudas significativas aparte de la primera hipoteca. Igualmente, es imprescindible no figurar en ficheros de morosidad (ASNEF, RAI) ni tener impagos pendientes. Tu historial debe demostrar que gestionas bien tus obligaciones de pago. También se valorará positivamente si ya posees otros activos o patrimonio (por ejemplo, inversiones, ahorros invertidos, etc.) que den solvencia extra.
  • Estabilidad laboral: Relacionado con los ingresos, se valora que tengas una fuente de ingresos segura. Si eres asalariado con contrato indefinido y varios años en la misma empresa, tus probabilidades de aprobación son mayores. Si cambiaste recientemente de trabajo o tus ingresos son variables, es posible que esperen a ver más estabilidad. En caso de autónomos, presentar varios años de declaraciones de renta con beneficios sólidos ayuda. Cualquier ingreso adicional fijo (por ejemplo, una pensión, alquileres de otra propiedad, etc.) también suma puntos.
  • Aval o garantías adicionales (si fuera necesario): Por lo general, si cumples con lo anterior, no será obligatorio un aval para la segunda hipoteca. Pero si tu perfil cojea en algún aspecto (por ejemplo, te falta algo de ingresos o ahorros), el banco podría pedirte garantías extra. La más común es contar con un avalista familiar o incluso aportar otra propiedad en garantía. A veces se utiliza la vivienda habitual como garantía adicional de pago. Por ejemplo, si tu primera casa está ya pagada o casi pagada, podrías hipotecarla también para conseguir más financiación en la segunda – pero ¡mucho cuidado! Avalar con otra vivienda implica que, en caso de impago, el banco podría embargar también tu casa principal. Es una decisión que hay que meditar muy bien (y no recomendamos a menos que sea estrictamente necesario).

Como ves, el banco quiere asegurarse de que solo quienes tienen suficiente capacidad económica tomen una segunda hipoteca. Desde su perspectiva, es un lujo o inversión adicional que no todos los bolsillos pueden soportar. Pero si cumples estos requisitos, estarás en buena posición para obtener la financiación.

¿Puedo pedir una hipoteca para segunda vivienda si ya tengo una?

Sí, es posible tener dos hipotecas a la vez, siempre y cuando tu situación financiera lo permita. De hecho, esta es la situación típica: mantener la hipoteca de tu vivienda habitual y sumar la de la segunda residencia. El banco evaluará cuidadosamente tu capacidad de pago dual, comprobando que la suma de las dos cuotas no comprometa excesivamente tus ingresos (recordemos la regla de oro: que todas tus cargas financieras no superen ~35% de tus ingresos mensuales).

Hay diferentes formas de afrontar la compra de una segunda casa teniendo ya una hipoteca activa:

  • La más común es pedir una segunda hipoteca independiente para la nueva vivienda. Pagarás dos cuotas por separado (una por cada préstamo). A nivel bancario, puede ser con la misma entidad de tu primera hipoteca u otra distinta. Cada banco analizará el nuevo préstamo considerando la carga de la hipoteca existente.
  • Otra opción, si comprases una segunda casa para mudarte a ella vendiendo la actual (más similar a cambiar de vivienda principal), sería la hipoteca puente o la subrogación con ampliación: instrumentos para comprar la nueva vivienda mientras vendes la anterior. Sin embargo, en el caso de una segunda residencia que no sustituye a la primera, esto no suele aplicar.
  • Algunos propietarios optan por ampliar la hipoteca existente en lugar de abrir otra. Esto implicaría negociar con tu banco actual para aumentar el capital prestado, usando la nueva vivienda como garantía adicional. Podrías así tener una única cuota global. No todos los bancos lo ofrecen y conlleva gastos de novación, pero es otra vía posible.
  • Por último, existe la alternativa de unificar ambas hipotecas en una sola (cancelando la primera y formalizando un préstamo nuevo mayor que cubra ambas viviendas). Esta operación es compleja y menos habitual, y también generaría costes de cancelación y constitución. Solo tendría sentido si las condiciones nuevas fueran muy ventajosas.

En cualquiera de los casos, tener una hipoteca vigente no impide que puedas solicitar otra, siempre que demuestres solvencia para afrontar el doble compromiso. Eso sí, como mencionamos, es frecuente que el banco tome precauciones adicionales: por ejemplo, muchas entidades inscriben la nueva hipoteca incluyendo en la garantía tu vivienda actual (además de la nueva adquirida). Es decir, ambas propiedades respaldarían el pago de la deuda, reforzando así la posición del banco ante un posible impago.

En resumen: puedes financiar una segunda vivienda aunque aún estés pagando la primera, pero debes “echar números” cuidadosamente. Haz un presupuesto sumando tu cuota actual más la potencial cuota de la nueva casa, y verifica que con tus ingresos puedes vivir holgadamente tras pagar ambas. Nuestro consejo es que antes de lanzarte, hables con un experto o utilices herramientas online para calcular tu capacidad. Por ejemplo, puedes leer nuestro artículo ¿Cuánto me puede prestar el banco para una hipoteca? (regla del 30%) en el blog de TuBrokerInmobiliario, o utilizar nuestro simulador de hipoteca para estimar cuotas y ver si encajan en tu presupuesto.

Consejos para conseguir la mejor hipoteca en tu segunda casa

Lograr la mejores condiciones en una hipoteca de segunda residencia puede requerir un poco más de esfuerzo, pero es posible. Aquí te dejamos algunos consejos prácticos para ahorrar y negociar al financiar tu segunda vivienda:

  • Revisa tu presupuesto y endeudamiento: Antes de buscar casa, siéntate a analizar tus finanzas personales. Calcula cuánto puedes pagar de cuota adicional sin agobios. Ten presente no solo la cuota, sino también los gastos fijos que implicará la nueva propiedad (impuestos anuales como el IBI, suministros mínimos, comunidad, mantenimiento, etc.). La OCU estimó que mantener una segunda vivienda puede costar de media unos 1.800 € al año solo en gastos básicos (sin contar la hipoteca). Asegúrate de tener un colchón financiero para cubrir imprevistos, dado que sumas una responsabilidad más a tu economía familiar.
  • Ahorra antes de comprar: Si todavía no cuentas con el ahorro necesario (mínimo ese ~40-50% del valor del inmueble entre entrada y gastos), lo más sensato es postergar la compra hasta reunirlo. Comprar sin la entrada suficiente no es aconsejable, ya que como hemos visto, la opción de financiar el 100% en segunda vivienda prácticamente no existe. Evita solicitar préstamos personales para completar la entrada, porque encarecerán mucho la operación. Un buen plan de ahorro te dará más tranquilidad y te colocará en mejor posición para negociar la hipoteca cuando llegue el momento.
  • Compara ofertas de varios bancos: No te quedes con la primera propuesta. Así como hiciste (o deberías hacer) con la hipoteca de tu primera vivienda, conviene mirar en distintas entidades. Hoy en día, casi todos los bancos ofrecen hipotecas para segunda residencia – desde grandes bancos tradicionales (Santander, BBVA, CaixaBank…) hasta bancos online (ING, Openbank, EVO, etc.). Cada uno puede tener condiciones algo distintas: por ejemplo, algunos prestan hasta el 70% mientras otros solo el 60%; unos pueden ofrecer tipos fijos interesantes, otros variables más atractivos, etc. Solicita información en varios y compara TAE, plazos, comisiones y vinculaciones que piden (productos adicionales como seguros, nómina domiciliada, etc.). Esta comparación te dará poder de negociación y la tranquilidad de elegir la opción óptima.
  • Negocia o busca ayuda de un bróker hipotecario: Si no tienes tiempo o conocimiento para lidiar con varios bancos, considera apoyarte en un bróker hipotecario independiente (como TuBrokerInmobiliario). Un bróker se encargará de estudiar tu caso y negociar por ti las mejores condiciones entre muchos bancos, aprovechando su experiencia y volumen de operaciones. Ten en cuenta que nosotros solo cobramos si conseguimos mejorar tu hipoteca, por lo que es un servicio de éxito asegurado. En cualquier caso, si negocias por tu cuenta, no dudes en plantear al banco mejoras: a veces eliminar comisiones, bajar alguna décima el tipo de interés o conseguir financiación ligeramente superior (p.ej., 70% en vez de 60%) es posible si tu perfil es bueno y sabe que comparas con otras ofertas.
  • Escoge el tipo de interés adecuado: Decide qué tipo de hipoteca se ajusta mejor a tu plan. ¿Prefieres la seguridad de un tipo fijo para saber siempre lo que pagarás, o estás dispuesto a un tipo variable confiando en que los intereses se mantengan bajos? Para una segunda vivienda usada mayoritariamente en vacaciones, muchos optan por hipoteca fija para tener la tranquilidad de una cuota estable en el tiempo (así la hipoteca no te dará “sustos” cuando estés disfrutando en la playa). No obstante, si crees que amortizarás rápido o que los tipos bajarán, un variable podría ahorrarte intereses en el largo plazo. También existen fórmulas mixtas (fijo unos años y luego variable). Infórmate bien de las diferencias entre hipotecas fijas y hipotecas variables para tomar la mejor decisión según tu perfil. En cualquier caso, al ser esta tu segunda hipoteca, valora la estabilidad: suele ser recomendable evitar sobresaltos que puedan tensionar tu economía familiar.
  • Prepárate para la tasación y papeleo: En segunda vivienda el papeleo será similar al de la primera. Deberás presentar nóminas, vida laboral, declaración de la renta, escrituras si pones otra casa de aval, etc. Además, el banco mandará tasar la nueva propiedad. Un consejo: si crees que la tasación oficial puede salir baja (y por tanto limitar aún más el 60-70% de financiación, que se calcula sobre el valor menor entre precio de compra o tasación), quizás convenga negociar el precio de compra antes o tener un plan por si la tasación no alcanza. Mantén un perfil financiero ordenado y toda la documentación actualizada para agilizar la aprobación.
  • Planifica los impuestos y la fiscalidad: No olvides incluir en tu cálculo los impuestos asociados tanto a la compra como a la tenencia de la segunda vivienda. Al comprar pagarás IVA (si es obra nueva) o ITP (si es de segunda mano), además del AJD. Pero a futuro también tendrás gastos anuales como el IBI y la posible imputación de renta en tu declaración (al no ser vivienda habitual, Hacienda te obliga a declarar una renta presunta por tener ese inmueble vacío, lo explicamos en la sección de impuestos más abajo). Si piensas alquilarla, infórmate sobre cómo tributarán esos ingresos. Una buena planificación fiscal te evitará sorpresas desagradables después de la compra.

¿Necesitas ayuda personalizada para conseguir tu hipoteca de segunda vivienda? En TuBrokerInmobiliario.es contamos con expertos hipotecarios independientes que pueden buscar por ti la mejor financiación. Solicita tu estudio gratis en menos de 2 minutos y te contactaremos con una propuesta a tu medida. Te asesoramos en todo el proceso sin coste inicial (solo cobramos si conseguimos la hipoteca que necesitas) y comparamos entre más de 20 bancos para lograr las mejores condiciones para tu segunda residencia. ¡Déjanos ayudarte a hacer realidad tu segunda casa de forma segura y al mejor precio!

También puedes calcular tu cuota estimada con nuestro simulador hipotecario gratuito. Así sabrás desde el principio cuánto podría costarte mes a mes la nueva vivienda y podrás planificarte mejor.

Preguntas frecuentes sobre la hipoteca de segunda vivienda

A continuación, respondemos algunas de las dudas más frecuentes que tienen los usuarios a la hora de plantearse financiar una segunda residencia:

¿Qué porcentaje financian los bancos en una segunda vivienda?

Lo habitual es que los bancos financien un 60% del valor de compra o tasación de la segunda vivienda, pudiendo llegar al 70% en algunos casos si el perfil del cliente es muy solvente. Muy raramente se aprueban porcentajes superiores al 70%. En contraste, para la vivienda habitual suelen financiar hasta el 80%, e incluso hasta el 90-100% en casos excepcionales (jóvenes con aval estatal, etc.). Por tanto, para tu segunda casa debes contar con aproximadamente el 40% del importe ahorrado más los gastos. Recuerda que el banco siempre tomará como referencia el valor más bajo entre el precio de compraventa y la tasación oficial; si la tasación resultara inferior al precio que pagas, ese 60-70% se aplicará sobre el valor tasado, reduciendo la cuantía máxima a prestar.

¿Se puede conseguir una hipoteca 100% para segunda residencia?

En la práctica, obtener el 100% de financiación para comprar una segunda residencia es casi imposible. Los bancos consideran demasiado arriesgado prestar todo el importe en una operación de este tipo. Solo habría dos escenarios para acercarse al 100%: que tengas otra propiedad libre de cargas que puedas ofrecer como garantía adicional (hipotecándola también) o contar con un avalista muy solvente con patrimonio. Aun así, no todas las entidades aceptarán llegar al 100%. Incluso bancos que ofrecen 90-100% en primeras viviendas (para ciertos colectivos) no lo hacen para segundas viviendas. Lo más que podrías lograr, combinando avales y un perfil excelente, es acercarte a ese 80% o 90%, pero insistimos, lo normal es un máximo del 70%. Si no dispones de suficiente entrada, quizás conviene ahorrar más o buscar una propiedad más económica antes que endeudarte en exceso.

¿Qué gastos e impuestos tiene comprar una segunda vivienda?

Comprar una segunda vivienda implica los mismos impuestos y gastos de compraventa que cualquier inmueble, pero sin algunas ventajas fiscales que tienen las viviendas habituales. En resumen, deberás pagar:

  • Impuestos de compraventa: Si compras una vivienda nueva al promotor, pagarás el IVA (10%) sobre el precio, más el Impuesto de Actos Jurídicos Documentados (AJD) que suele rondar el 1-1,5% (según comunidad autónoma). Si compras una vivienda de segunda mano (usada), en lugar de IVA pagarás el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP), cuyo tipo varía por comunidad (entre ~6% y 10% normalmente, pudiendo haber reducciones para ciertos casos). El AJD también se aplica en viviendas de segunda mano tras la firma de la hipoteca. No hay descuentos por ser segunda vivienda – de hecho, al contrario, algunas comunidades autónomas ofrecen tipos reducidos de ITP para la compra de primera vivienda habitual (jóvenes, familia numerosa, etc.), ventajas de las que no podrás beneficiarte al tratarse de tu vivienda no habitual.
  • Gastos de hipoteca y notaría: Igual que en cualquier compra, tendrás gastos de notaría, registro de la propiedad, tasación y gestoría. Actualmente muchos de estos los asume el banco por ley (notaría, registro, gestoría y AJD de la hipoteca corren a cargo de la entidad según la ley hipotecaria vigente), pero la tasación normalmente la paga el cliente. Calcula unos 300 € – 500 € para la tasación, según el tipo de inmueble. La notaría y registro de la compra (escritura de compraventa) los paga el comprador, pero esos dependen del precio del inmueble (pueden ser alrededor de 1.000-2.000 € sumando ambos, de nuevo variable).
  • Impuestos anuales y fiscalidad: Al tener una segunda vivienda, cada año tendrás que pagar IBI (Impuesto de Bienes Inmuebles) al ayuntamiento correspondiente, al igual que con cualquier propiedad. Pero además, en tu declaración de la renta la Agencia Tributaria te exigirá tributar por ella de una forma particular: si la vivienda no está alquilada ni es tu residencia habitual, deberás imputarte una renta inmobiliaria. Esto significa declarar como ingreso ficticio aproximadamente un 1,1% del valor catastral de la vivienda (o 2% si el valor catastral no ha sido revisado recientemente). Es un impuesto “por el hecho de tenerla” a disposición. No es muy alto (suele suponer decenas de euros anuales, dependiendo del valor catastral), pero conviene saber que existe. Por otro lado, si la alquilas, entonces tributarás por los ingresos del alquiler como rendimiento del capital inmobiliario (pudiendo deducir gastos como los intereses de la hipoteca, IBI, seguros, etc.). Y si algún día la vendes, tendrás que pagar la plusvalía municipal y el impuesto sobre la ganancia patrimonial en IRPF (sin exenciones por reinversión, ya que estas solo aplican a la venta de vivienda habitual). En resumen, fiscalmente una segunda vivienda tiene menos ventajas: actualmente no hay deducción por compra de vivienda (esta fue eliminada salvo para compras anteriores a 2013, y solo aplicaba a vivienda habitual), por lo que no podrás deducir la hipoteca de tu segunda casa en la renta. Solo si la alquilas podrás desgravar gastos asociados a esos ingresos, como mencionamos.
  • Gastos de mantenimiento: No olvidemos los gastos ordinarios de tener otra casa: desde los suministros mínimos (luz, agua, gas, incluso estando muchos meses vacía hay términos fijos que pagar), hasta posibles gastos de comunidad de propietarios, seguros de hogar, alarmas si contratas una, etc. La OCU calculó unos 1.800 € anuales de gasto medio en mantenimiento de una segunda vivienda en España. Lógicamente variará según el tamaño, ubicación y servicios, pero haz tu propio cálculo y tenlo en cuenta en tu presupuesto anual.

¿Hace falta un aval para la hipoteca de una segunda vivienda?

Por regla general, no es obligatorio presentar un aval si tu perfil cumple los requisitos de solvencia que comentamos. Es decir, si tienes ingresos suficientes, buen historial y ahorros para la entrada, el banco te concederá la hipoteca sin avalista adicional. No obstante, muchos bancos sí pueden requerir avales o garantías extra en segunda residencia cuando el cliente no llega al nivel de solvencia esperado. Es relativamente común que la entidad pida, por ejemplo, hipotecar también tu vivienda habitual como garantía (además de la propia segunda vivienda). De esta forma, el préstamo queda respaldado por dos inmuebles. Esto brinda más seguridad al banco, pero aumenta tu riesgo, ya que en caso de impago podrías comprometer ambas propiedades. Otra posibilidad es que te pidan un avalista personal, generalmente un familiar directo con suficiente patrimonio o ingresos. Este avalista respondería con sus bienes si tú no pagaras. En cualquier caso, si te exigen un aval es señal de que tu perfil no acaba de convencer al banco en algún aspecto (por ejemplo, falta de ahorro, endeudamiento algo alto o ingresos ajustados). Siempre que sea posible, es preferible evitar avales en una segunda hipoteca, pues estarías implicando a terceros o poniendo más bienes en juego. Trabaja en mejorar tu perfil financiero para no necesitarlos: ahorra más, reduce deudas o busca una vivienda de menor precio que puedas financiar sin aval.

¿Merece la pena contratar una hipoteca para alquilar una segunda vivienda?

Muchos compradores adquieren una segunda vivienda como inversión para alquilar, ya sea alquilarla larga temporada o vacacional. La pregunta de fondo es si esa inversión es sensata financiándola con hipoteca. La respuesta depende de varios factores: rentabilidad del alquiler vs coste de la hipoteca, estabilidad del mercado, etc. En general, en España la rentabilidad bruta por alquiler residencial ronda el 4-7% anual según zona. Si tu hipoteca tiene un interés más bajo que esa rentabilidad y logras alquilar el inmueble la mayor parte del tiempo, podrías cubrir la cuota e incluso obtener beneficios. Sin embargo, debes contemplar periodos sin alquilar, gastos de mantenimiento, impuestos sobre los ingresos, posibles impagos o daños por parte de inquilinos, etc. Además, como indicamos, algunos bancos aplican condiciones más duras (incluso tipos algo más altos) si la finalidad es inversión pura, porque lo consideran de riesgo ligeramente mayor. Merecerá la pena si has hecho bien los cálculos y cuentas con un colchón por si el plan no sale perfecto. Muchos pequeños inversores han conseguido que el alquiler de la segunda vivienda prácticamente “pague sola” la hipoteca, pero no deja de ser una operación con riesgos. Nuestro consejo: asesórate bien y sé conservador en las estimaciones (por ejemplo, calcula con que la vivienda estará alquilada solo X meses al año, con posibles bajadas de precio, etc.). Si aun así los números salen positivos, puede ser una buena estrategia de inversión a largo plazo. Y si la compras más por disfrute personal y ocasionalmente la alquilas para ayudar a pagar, entonces concibe cualquier ingreso extra como un alivio, pero no dependas completamente de él para pagar la deuda.

Esperamos que esta guía te haya ayudado a entender cómo funcionan las hipotecas para segunda vivienda y qué debes tener en cuenta antes de dar el paso. Recuerda que cada caso es único: la información aquí recopilada es general y orientativa, pero en TuBrokerInmobiliario.es podemos estudiar tu situación particular y recomendarte la mejor opción de financiación. Si necesitas consejo profesional, no dudes en contactarnos para un estudio gratuito. ¡Te ayudaremos a conseguir la casa de tus sueños con las mejores condiciones del mercado! 🏡✨

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